Con afán desordenado
de poseer y adquirir,
espera siempre vivir
con el tesoro a su lado.
El avaro ha propiciado
la codicia por dinero,
como dijo el refranero:
no es el dueño de su oro,
sino esclavo del tesoro
viviendo de cicatero.
domingo, 2 de septiembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario