En el ocaso del día
cuando el sol me da su adiós,
va mi pensamiento en pos
de una mujer quien quería.
Feliz con ella vivía,
se generó una pasión
que se trocó en obsesión,
por más que quiero no puedo,
intento con gran denuedo:
¡sacárla del corazón!
jueves, 20 de septiembre de 2007
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